La Tripulacion

Saga y Cecilia se conocieron en Rosario, Argentina. Saga recién llegaba de dar la vuelta al mundo en un barco de 43’ y con su espíritu aventurero cautivo a Cecilia. Juntos decidieron partir al Mediterráneo para trabajar a bordo de veleros y así hacer de su pasión su trabajo.

En el 2004 llego Inés, en el 2005 Martín y en el 2008 Tomas.

Y en el 2010 llego el Express Crusader. Nuestro sexto integrante de la familia, dispuesto a llevarnos a recorrer el mundo, descubrir cosas en familia y sobre todo descubrirnos nosotros. Y como toda singladura, abiertos a disfrutar lo que toque.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Cumple Martín

El 15 de diciembre Martín cumplió 6 años en el medio del Océano Atlántico.
El estaba muy preocupado porque no sabía si en esas circunstancias iba a ligar algún regalo o no. Y qué sorpresa se levó al recibir 3 regalos, en el medio del mar!
Los papas le regalaron unos rollers, sus hermanos una camiseta para pintarla con los colores de su equipo de futbol favorito (obviamente fueron el rojo y azul, visca Barça!) y Dani y Maite el juego de Monopoly, el regalo perfecto para esta especie de Manolito de Mafalta que tenemos de hijo.
La torta de chocolate fue decorada como p´ista de aterrizaje de aviones. El barco rolaba como loco así que la foto se las debo. Estaba riquísima!
Y por la tarde tuvimos un regalo inesperado. Vimos a lo lejos un velero por popa y se nos empezó a acercar cada vez más. Nos vieron y nos pasaron muy muy cerca, a unos cuantos metros. Era un velero de 100 pies, grande, de carbono, muy rápido. Se llamaba Angels Share. Al pasar por al lado nuestro nos saludaron, nos preguntaron si estábamos bien y la verdad es que fue un espectáculo bárbaro. Después de tantos días en el mar ver a otra gente en el medio de la nada es todo un acontecimiento. Y que se hayan desviado de su curso para venir a saludarnos fue todo un detalle!
Un cumpleaños completo!

domingo, 4 de diciembre de 2011

Cabo Verde


Cabo Verde

Llegamos a Cabo Verde con los alisios plenamente por la aleta. O como diría Tomás, rápido fuerte.
Nos comimos un par de días de 40 nudos, bueno, en realidad se lo tragaron solos Saga y Dani porque yo no asomé el morro por fuera en ningún momento. Como no me gusta ver el mar cuando se pone tan grande, me dediqué a cocinar y cocinar todo el día. Rompimos el contra rígido nuevo y un tensor de la cruceta. El contra lo solucionaron rápido con una retenida y otro cabo como contra pero al tensor lo tuvo que ir a afirmar Saga y subirse al palo, con 35 nudos de viento no es algo que apetezca. Y claro, estas cosas siempre suceden de noche. Así que subió Saga con el arnés para ir enganchándose en cada escalón. Dani se encargaba de no sacarle los ojos de encima a Saga y yo de no sacarle los ojos al piloto automático. Le agradezco a Dani esa enorme paciencia de ir relatándome lo que hacía Saga allá arriba mientras yo controlaba el piloto. Y qué alivio cuando me dijo “Ya está abajo, viene para acá”.
En ningún pronóstico apareció el viento que tuvimos. Esos días de tanto viento ni prendimos la radio porque no había manos pero después lo preguntamos y no salía nada. La vida te da sorpresas…
Después fue bajando un poco el viento hasta quedarse en 20-25 nudos, algo más manejable aunque con la rosca el barco se portó de maravilla.
Ya cuando nos acercamos al archipiélago de Cabo Verde el mar y el viento eran muy agradables. Y también nosotros nos habíamos amarinado. Es increíble que por mas que navegues mucho, los primeros 3 días el cuerpo se tiene que volver a acostumbrar. Mointessier habla de una desintoxicación. Dice que los primeros días el cuerpo y la mente se desintoxican de lo recibido en tierra para entrar en comunión con el mar. Lindo. Mas lindo cuando dejás de vomitar.
De lejos se veían todas las islas y como pasa siempre, uno se empieza a imaginar qué encontrará.  Se empieza a debatir entre imaginarte todas las cosas que pueden haber o tratar de no pensar en nada y dejarse sorprender.
Lo lindo de algunos lugares es justamente que por mas que te hayas imaginado, por mas que hayas pensado lo que podía haber, te sorprenden.
Mindelo nos emocionó. La bondad de su gente parece hasta como pasada de moda. Todos nos recibieron con alegría pero esa alegría intrínseca del día a día. No esa alegría preparada para turistas. Ellos viven felices y se les nota. Y sin nada. Porque geográficamente no es linda realmente. De comer no tienen mas que pescado y bananas con alguna que otra papaya. El sueldo medio es de 200 euros mensuales. Las cosas traídas casi todas de Portugal son a precio europeo. Pero la gente está feliz. Y atrapa eso, la gente. La alegría. 
Hay lugares también para los turistas pero pasa lo de siempre, ves a la gente del lugar tratando de actuar a la manera europea, tratando de satisfacer al cliente europeo, y los ves que hacen un esfuerzo enorme, pero que no están cómodos, que es una situación obligada por un trabajo, es casi como una actuación. 
Y fuera de esas islas occidentales está Cabo Verde auténtica.
El sábado cuando llegamos encontramos en una especie de plaza a toda la juventud (que vieja me siento usando esta palabra) bailando con música a tope. En vez de boliche había eso. Bailar en la calle. Y alrededor miraban los tíos, abuelas, parentela en general. Los mas chicos practicaban sus pasos al costado y los grandes disfrutaban de la música y el baile.
Otro día encontramos una escuela de Capoeira y nuestros hijos se quisieron quedar a ver porque estaba lleno de chicos. Resultó que los invitaron al entrenamiento para el día siguiente y ahí estuvimos. Nuestros tres hijos en medio de la clase. Es una satisfacción enorme ver a tus hijos tratando de hacerse entender y de comprender un mundo que es nuevo para ellos. En uno de los entrenamientos hicieron una ronda y el profe hacía pasar uno por uno al centro y les pedía algún ejercicio. El paso base se llama algo así como “Jinga” y sirve para enlazar una pirueta con otra. La medialuna le dicen “Ou” y la vertical de costado con una sola mano “Beija Flor”. Resulta que cuando le toca a Inés le pide al final que haga la “Beija Flor “ e Inés se tiró de cabeza para el costado y le salió. Toda la clase estalló en aplausos. Realmente se alegraban de su proeza! Y a Martín le pasó lo mismo. El enano no arruga nunca así que ahí fue él también, de cabeza. Y otra vez aplausos. Estaban mas contentos! Y los padres con baberos XL.
Una tarde nos sentamos en la plaza donde había con suerte una especie de WiFi para mandar unos mails mientras los chicos jugaban. Al lado nuestro había cuatro policías y de repente lo vemos a Tomás posando para una foto con ellos. Se nos quedaron charlando y nos enteramos de todas las cosas que podíamos hacer por acá.
Una de ellas fue alquilarnos una pick-up y llegar hasta una playa llamada San Pedro. Hermosa. Encontramos olas donde revolcarnos. Revivimos esa sensación de vacaciones de la costa argentina con el traje de baño lleno de arena de tanto barrenar y saltar olas.
Otro día fuimos a otra playa llamada “Bahía”. No tan linda como la anterior pero con un restaurante donde nos comimos la mejor comida de la semana: una Feijoada de Mariscos.
Pero resulta que la Feijoada tiene historia. Por la tarde volvimos a Mindelo y yo fui a hablar por teléfono a un locutorio con mi mamá. Estaba adentro de la cabina y empecé a sentir que mis tripas se retorcían mal. Me empezó a bajar la presión del dolor, transpiraba y me concentraba en no desmayarme mientras hablaba con mi mamá. Pensaba que si me caía redonda ahí dentro cómo iba a explicar lo que me pasaba! Y esto no acaba acá. Cuando llego al barco y cuento lo que me pasó Maite me dice que a ella le pasó lo mismo en el mismo momento. A ella la agarró en un negocio de ropa y se tuvo que sentar ante la mirada de las chicas que atendían que la veían sin entender nada!

Y finalmente decidimos partir antes que nos pasara lo que muchos que van por unos días y se quedan por años. Hicimos las compras de algunas frutas y verduras, queso fresco típico de allí y tres cosas más y el sábado 3 de diciembre zarpamos rumbo Saint Marteen!
P/D: de Cabo Verde nos llevamos un grato recuerdo y tambien todos los piojos de la isla, SOCORRO!!!!