La Tripulacion

Saga y Cecilia se conocieron en Rosario, Argentina. Saga recién llegaba de dar la vuelta al mundo en un barco de 43’ y con su espíritu aventurero cautivo a Cecilia. Juntos decidieron partir al Mediterráneo para trabajar a bordo de veleros y así hacer de su pasión su trabajo.

En el 2004 llego Inés, en el 2005 Martín y en el 2008 Tomas.

Y en el 2010 llego el Express Crusader. Nuestro sexto integrante de la familia, dispuesto a llevarnos a recorrer el mundo, descubrir cosas en familia y sobre todo descubrirnos nosotros. Y como toda singladura, abiertos a disfrutar lo que toque.

jueves, 18 de octubre de 2012

Les Voiles de Sant Tropes












Bueno, así me fui a trabajar a St Tropez.
Saga se quedó con mi mamá y los chicos en Mallorca y yo me fui a trabajar a Les Voiles de Sant Tropez.
Llegué hecha un estropajo, conjuntivitis, anginas, etc. Me esperaba una tripulación de 26 personas que luego de navegar todo el día volvían con un hambre de caballo!
Nunca había cocinado para tanta gente. Me ayudaba una chica italiana, Anna, una maquina de trabajar. Preparábamos el desayuno y los sandwiches para el mediodía, y por la tarde comenzábamos la cena. Sobre las 8 había que ir a buscar a los invitados a la Place de Lise y convencerlos de que era hora de volver a la casa. Tarea difícil. Por empezar, había que dejar el minibus muy mal estacionado en medio de la plaza mas concurrida de St Tropez y segundo, acarrear 8 hombres de 2x2 metros (alto y ancho) hasta la traffic y solucionar problemas como ¨"Se me perdió el móvil", "No encuentro las gafas", "Perdí la billetera", etc. Era como Bariloche 90 pero con una Visa Platinium y una American Express sin límite de gastos...
La cocina sobre las 8.30 se convertía en una pasarela de dos tipos: la tripulación profesional merodeaba en busca de comida y los invitados en busca de problemas! A mí me tiraban mis infusiones y me traían copas de vino...así las cosas.
Sobre las 8.40 me entraba la paranoia de que no había hecho suficiente comida, ver tanta gente y de semejantes tamaños intimida!
Y a las 10 de la noche las fieras estaban ya alimentadas. Ahí es cuando disfrutaba de mi copa de rosé...