La Tripulacion
Saga y Cecilia se conocieron en Rosario, Argentina. Saga recién llegaba de dar la vuelta al mundo en un barco de 43’ y con su espíritu aventurero cautivo a Cecilia. Juntos decidieron partir al Mediterráneo para trabajar a bordo de veleros y así hacer de su pasión su trabajo.
En el 2004 llego Inés, en el 2005 Martín y en el 2008 Tomas.
Y en el 2010 llego el Express Crusader. Nuestro sexto integrante de la familia, dispuesto a llevarnos a recorrer el mundo, descubrir cosas en familia y sobre todo descubrirnos nosotros. Y como toda singladura, abiertos a disfrutar lo que toque.
domingo, 30 de diciembre de 2012
Bryson
Quería alquilar un coche. Acá sin coche no vas a ningún lado. Las agencias "oficiales" son carísimas así que me dediqué a ver que otras opciones había. Una amiga me contactó con Mr Bryson. Me dio su celular, mi amiga.
Lo llamé, al hablar pensé que había mala cobertura y por eso no le entendía nada. Quedamos en encontrarnos al lado del cementerio. Sí, eso.
Como soy medio cagona, le pedí a Saga que me acompañara y después de hacer malabares para poder escaparse del trabajo un rato, nos fuimos los dos a la capital.
Bryson me había dicho poco. Después de dar vueltas, cosa que se hace potencialmente peligroso cuando se maneja del lado derecho, con el volante donde iría el acompañante, paramos a preguntarle a un policía. Acá son todos primos, claro, son cuatro y están todos relacionados. El poli me dijo que si buscaba a Bryson el carpintero?
Ahí tendría que haber ya sospechad algo más. Bryson el carpintero? Como el precio del alquiler era tan barato intuí que muy legal no podía ser así que le dije al poli que sí, que buscaba al carpintero, no iba a quedarme sin mi chollo, por bocona.
Efectivamente, Bryson tiene una carpintería y entre silla y silla también arma autos. Lo rodeaban trozos de madera, latas de cola a medio usar, bancos de carpintero Y ruedas, palanca de cambios, radios, ventanas de coches y un largo etc. Me preguntó qué coche quería, bueno, eso creo yo porque no le entendía ni jota. Saga, que a diferencia mía que me chupé 14 años de escuela bilingüe, aprendió su inglés en la calle, sí que le entendía. Y entre ellos combinaron que me armarían un coche como yo lo quería: 4x4 y palanca automática (no da para estar dandole manotazos a la puerta hasta que te acostumbrás a que los cambios están del lado izquierdo). Mientras, me dejaría otro auto.
Fuimos a buscar ese otro auto y me hizo pasar a la "oficina". Saga vio que ya no tenía nada que hacer y me dejó ahí, con el carpintero rent-a-car. La oficina era un cubículo de vidrio patinado por los años, empapelado por millones de números. Pensé de lejos que era un papel pero eran números de teléfonos escritos en las paredes.
Me buscó una silla, de las que tienen un plástico permanente por encima, y me acomodó entre dos pilas de papeles. Un cuadradito de nada quedaba libre sobre el escritorio y llegué a leer una tarjeta de Repuestos para Camiones de Puerto Rico. Así que también trapichea con camiones?
Rellenamos un par de papeles, que deben haber tardado lo mismo que yo en subir al auto para perderse, y cuando me estaba yendo le pregunto qué papel debía mostrarle a la policía por si me paraban. Se rió, se rió muy fuerte y me dijo "La policía no te va a parar"
Glup.
Home Sweet Home and Homeschooling
Esta es nuestra nueva casa y nuestra nueva escuela.
Cuando llegué fui a averiguar a la escuela y, si bien no iba muy convencida, me terminaron ellos de convencer.
No me gusta ser radical, trato de no serlo. Pero ciertas formas en las escuelas, ciertas palabras, me hacen recular. Y eso que yo vengo de una experiencia escolar re linda.
Por lo pronto, seguimos estudiando en casa.
Tendríamos que leer la Cabaña del Tío Tom, no?
Caballos
- "Martín: ¿cerraste el portón?"
- "Sí, mamá"
- "Segurooooo???"
Cosas que pasan por dejar el portón abierto. Estaba lavando los platos y veo pasar un caballo por delante de la cocina.
Los chicos le dieron de comer y beber durante tres horas.
Se fueron taaaan felices
Primeros días en Antigua
Desde l 13 que no escribo nada. No por falta de temas sino de organización.
Llegar a un lugar nuevo es un baño de adrenalina enorme. La aclimatación, la gente nueva, la casa nueva. Viajar en barco es mucho más fácil, viajar así conlleva tener que acarrear miles de cosas. Los grandes hemos digitalizado nuestras vidas sin darnos cuenta y ahora con nuestro portátil, nuestro móvil y nuestro e-book no nos falta llevar nada más. mis hijos lo tienen un poco mas complicado: la caja de legos, el armario de vestidos de la Barbies, la pelota de fútbol. Mi mamá seguramente se compraría toallas nuevas en cada lugar, le debe dar asco pensar en secarse la cara con lo mismo que un extraño se secó el culo, no sé. Yo, en cambio, viajo con mis cuchillos, deformación profesional mal, ahora le he agregado cacerolas y sartenes, voy peor. Pero cuando uno llega a un lugar y ve todas las posibilidades gastronómicas diferentes y no tiene los utensilios básicos es como si a Maradona le cortasen las piernas, salvando distancias y profesiones, claro.
Antigua es naturaleza pura. No se cultiva nada pero eso tiene como ventaja que está llena de bichos. Muchos bichos. Mis hijos están un poco en estado de shock todavía. Europa es tan aséptica y los barcos están lejos de tierra por lo que nunca me había dado cuenta el poco contacto con bichos que habían tenido. Claro que en Barcelona hay mosquitos, hormigas, arañas pero acá es como todo mas a lo bestia. Y si no estás acostumbrado puede resultar apabullante. "O te aclimatas o te matas", me dijo un paisano los otros días.
Llegar a un lugar nuevo es un baño de adrenalina enorme. La aclimatación, la gente nueva, la casa nueva. Viajar en barco es mucho más fácil, viajar así conlleva tener que acarrear miles de cosas. Los grandes hemos digitalizado nuestras vidas sin darnos cuenta y ahora con nuestro portátil, nuestro móvil y nuestro e-book no nos falta llevar nada más. mis hijos lo tienen un poco mas complicado: la caja de legos, el armario de vestidos de la Barbies, la pelota de fútbol. Mi mamá seguramente se compraría toallas nuevas en cada lugar, le debe dar asco pensar en secarse la cara con lo mismo que un extraño se secó el culo, no sé. Yo, en cambio, viajo con mis cuchillos, deformación profesional mal, ahora le he agregado cacerolas y sartenes, voy peor. Pero cuando uno llega a un lugar y ve todas las posibilidades gastronómicas diferentes y no tiene los utensilios básicos es como si a Maradona le cortasen las piernas, salvando distancias y profesiones, claro.
Antigua es naturaleza pura. No se cultiva nada pero eso tiene como ventaja que está llena de bichos. Muchos bichos. Mis hijos están un poco en estado de shock todavía. Europa es tan aséptica y los barcos están lejos de tierra por lo que nunca me había dado cuenta el poco contacto con bichos que habían tenido. Claro que en Barcelona hay mosquitos, hormigas, arañas pero acá es como todo mas a lo bestia. Y si no estás acostumbrado puede resultar apabullante. "O te aclimatas o te matas", me dijo un paisano los otros días.
jueves, 13 de diciembre de 2012
Encrucijada
"Dos instituciones controlan a día de hoy la vida de nuestros hijos:
la televisión y la escuela, por este orden. Ambos reducen el mundo
real de sabiduría, fortaleza, templanza y justicia haciauna abstracción sin final y sin frenos." (John Taylor Gatto)
la televisión y la escuela, por este orden. Ambos reducen el mundo
real de sabiduría, fortaleza, templanza y justicia haciauna abstracción sin final y sin frenos." (John Taylor Gatto)
La encrucijada viene porque al llegar a Antigua estamos pensando en que los chicos vayan al cole, por dos motivos. Para abrirles el panorama que hoy por hoy se reduce a ellos tres y para que vivan una especie de Full Inmersion del inglés.
Todavía no estoy muy convencida.
Martín dice que él sí que quiere ir a la escuela, a la escuela de Optimist!
Inés dice que quiere ir porque hay clase de baile y canto.
Y Tomás dice que en vez de hacer cole en casa quiere ir a jugar con otros nenes.
Ya iré relantando cómo acontece esta nueva aventura
martes, 11 de diciembre de 2012
Cruce Atlántico 2012 - Tenerife Antigua
El cruce
transcurre tranquilo, sin demasiado viento pero esto no preocupa en lo más
mínimo en un barco así. Viajamos continuamente a motor, los motores se
encendieron en Tenerife y no se apagarán hasta llegar a Antigua.
Las
comparaciones son inevitables. Cuando veo (desde arriba) el tamaño de las olas
y no hay viento pienso en el Express Crusader, o en otros barcos chicos que
andarán cruzando y en lo movido que estaría, lo incómodo, la cantidad de
incertidumbres (¿cuándo volverá el viento, la ola aumentará de tamaño o bajará,
cuándo?) y acá la única incertidumbre es si internet estará lento o rápido hoy.
Y el único contratiempo es que el cocinero le erró con la
provista y no hay mas fruta…ops, se me escapó.
A mitad
del Atlántico hicimos el bautismo a todos lo que cruzaban por primera vez.
Apareció Neptuno y les hizo hacer unas pruebas para ver si eran dignos de
cruzar sus aguas. Y como “premio” se nos permitió a todos una lata de cerveza.
Los
chicos están en una especie de Disneyland de comida. En cada armario hay
patatas fritas, chocolates, galletas, etc. Los primeros días me la pasé persiguiéndolos
para que no coman y ahora decidimos dejarlos que se den cuenta solos que les
hace mal. Los dolores de panza ya se hicieron notar. Inés fue la primera en
aflojar, después Martín y todavía queda Tomás que se esconde debajo de las
mesas con un bote enorme de chocolatinas. Calculo que está directamente
relacionado con la edad entonces. Tomás llora del dolor de panza y cuando se le
pasa vuelve a atacar las galletas, la Coca-cola. Viendo que solo no iba a parar nunca tuve que ponerle un poco el freno. El no va mas fue una noche que se levantó a
tomar agua y lo escuché caminando al crewmess y abriendo el armario de los
chocolates, a las 4 de la mañana!!
Si bien el barco parece un hotel no deja de recordarte que es un barco y tiene como contrapartida que está menos amarinado, por ejemplo: las camas son tan anchas que por las noches el barco mientras va rolando uno se pasea por todo lo ancho como uno de esos frankfurts en los rodillos calientes. En los barcos mas chicos, como las camas son más estrechas uno se trinca contra un rincón y ahí se queda. Que se mueva el barco no más que de ahí no salís.
Inés está más grande. A la hora de la comida, vamos haciendo turnos para comer y ella siempre se escabulle para comer con parte de la tripulación y no con nosotros. La ves que entabla conversaciones, se hace la grande, a mi me da una risa!
Con todas las nacionalidades que hay a bordo las vísperas de Navidad son de lo mas variadas. Hay un chico que es británico y allá le dan mucha importancia a las tarjetas de Navidad y como estamos en el medio del mar, hizo una para nosotros toda hecha a mano, troquelada, pintada, pegada, una obra de arte, y se la hizo firmar a todos los tripulantes para nosotros, todo un detalle. También hay 3 argentinos, mis hijos y un italiano así que también cargamos unos cuantos pan dulce que ya empezamos a atacar, no sea que con la humedad caribeña se estropeen...
Los días están mejorando de a poco, está semi nublado, típico de los alisios, jaaa habló la experta! El calorcito ya se hace sentir y Saga decidió hacer el cambio horario de una vez cuando lleguemos así que ahora tenemos unas horas solares super extrañas. Hoy amaneció a las 10 de la mañana y son las 10 de la noche y los chicos no se quieren ir a dormir porque todavía es de día. En cuanto lleguemos pasaremos a vivir 4 horas para atrás. Calculamos llegar el 14 a las 14 hs que serían las 10 hora local.
¿Un poco a destiempo para la primera piña colada?
domingo, 2 de diciembre de 2012
Tenerife
Bueno, capaz que algún día me pongo las pilas y me dedico a compaginar la forma en que salen las fotos y el texto, por ahora sale así. Qué sé yo...
Salimos a dar una vuelta por la isla de Tenerife, previo paso por Decathlon para compar máscaras de buceo, tablas, etc. La isla es tan variada que en la misma superficie vendían trajes de baño y ropa de sky.
De 20 ºC pasamos a 2 ºC a los 3000 m de altura del volcán Teide, la montaña más alta de España, como dicen los chicos.
El camino es hermoso, curzamos un bosque de eucaliptos en medio de las nubes y media hora después estábamos disfrutando de un sol radiante en la cima de la montaña. El cablecarril que sube al cráter estaba cerrado por viento pero caminamos por los alrededores y las vistas son espectaculares.
Los chicos se habían traído sus walkies talkies y me pidieron que les vaya relatando el paseo con los walkies como una guía turística. Me encanta porque cuando estamos paseando por ahí ven algo y dicen cosas como "Buf, eso es para turistas", como si nosotros fuésemos locales todo el tiempo! Así que cumplimos su deseo de ser auténticos turistas por un rato y les fui contando lo que íbamos viendo, la mitad al tanteo, tratando de recuperar conocimientos de volcanes y piedras basálticas.
Cuando volvimos a Santa Cruz nos fuimos con Inés a comprar unas telas para hacerse disfraces y como aquí el carnaval es muy importante en las tiendas había miles de telas con todos los brillos imaginables, Inés estaba en el paraíso. Recorría todos los rincones, revolvía, volvía terminó eligiendo las tres telas menos modestas, por supuesto.
Al volver al barco, las chicas de la tripulación estaban decorando el crewmess para Navidad así que los chicos nuestros se pusieron manos a la obra también. Cada uno tiene su media e Inés se dedicó a envolver un regalito para cada uno. También hizo la estrella para el árbol.
Por la noche Saga les dio libre a todos y nos quedamos nosotros, como en casa. Viviendo con 14 personas todo el día, estar solo los cinco se hace desértico el barco.
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