Por esos cruces fortuitos de la vida mis noches de sueño y ensueño se ven enlazados a los de Jean Paul Belmondo.
Resulta ser que el propietario de la casa que alquilamos en Antigua es el administrados de una finca propiedad del actor.
Y como suele suceder en estos casos, cada vez que el propietario decide redecorar su casa, el administrador hereda mobiliario. Es así que duermo en la cama en la que alguna vez soñó Belmondo y me tapo con su sábanas Ralph Lauren...