La Tripulacion

Saga y Cecilia se conocieron en Rosario, Argentina. Saga recién llegaba de dar la vuelta al mundo en un barco de 43’ y con su espíritu aventurero cautivo a Cecilia. Juntos decidieron partir al Mediterráneo para trabajar a bordo de veleros y así hacer de su pasión su trabajo.

En el 2004 llego Inés, en el 2005 Martín y en el 2008 Tomas.

Y en el 2010 llego el Express Crusader. Nuestro sexto integrante de la familia, dispuesto a llevarnos a recorrer el mundo, descubrir cosas en familia y sobre todo descubrirnos nosotros. Y como toda singladura, abiertos a disfrutar lo que toque.

domingo, 14 de abril de 2013

Retratos de Antigua

Pasa lo que me pasa siempre. Me dan ganas de sacarle fotos a tanta gente pero me da vergüenza.
Y ahora no me quiero olvidar así que intentaré hacer un relato de cada uno.

El Loco de la Lengua: lo llamo así porque va siempre sacando la lengua, enorme. Es como que de tan grande que es no le entrase en la boca. Va y viene todo el día desde English Harbour hasta el Cat Marine y el supermercado Baily´s. Haciendo nada. Camina y camina moviendo los brazos de un lado al otro, en paralelo, como los patinadores de hielo. Un día, saliendo del supermercado, me enfrentó agitando una bolsa de limas frente a mi cara y pude entenderla algo como que si no le compraba las limas su mujer lo mataba. Le dí un billete de 10 easys y me dijo que lo mataría igual. Le dí otro y se fue contento. Yo me quedé con las limas mas caras del mundo.

Tasha: Tasha tiene 10 Has de tierra en el pueblo de Belsheda. Ahí se dedica a plantar árboles frutales. Lo producido lo vende en un puesto cerca de nuestra casa. Su puesto está pintado con los 3 colores rastas y en el fondo la cruz de David y el nombre de Haile Selassie en grande. Pasábamos por su puesto varias veces al día y parábamos a tomarnos un coco, comprar bananas e intercambiar ideas. Con él conocimos frutas inverosímiles, de todas, me quedo con la Golden Apple. El tiene 6 hijos, una mujer hermosa, una pick-up pintada también en rojo, amarillo y verde. También es parte de un grupo de música, "The Survivers" que hace covers de Bob Marley. Tocan en Shirley Heights y en un bar de la playa, el Bumpkings. Sus ojos son oscuros y su corazón claro.

Cath: mujer de Tasha. Los martes, en vez de fruta, ella vende productos locales. Productos de coco comestibles y de cosmética. Camisetas para turistas. Algún que otro cuadro, de todo un poco. La oferta semanal iba variando por lo que la parada semanal era obligatoria. Una semana me iba con un frasco de miel, otro con una botella de esencia de vainilla y otra con un pantalón. Mestiza. Su abuela era francesa. Usaba en el cuello un collar de ella que era una cadena de oro de un antiguo reloj. Por su cuerpo circulaba una sustancia reconocible entre las mujeres lobas. Y por su cara no surcaba ninguna arruga. Repito: 6 hijos.

La dueña del Baily´s: detrás del mostrador tenía apoyado un de esos palos que terminan en una mano semiplegada, diseñada para rascarse la espalda. Ella lo reemplazaba con ese artilugio a falta de cinta transportadora. Me imagino que de estar todo el día estirándose para alcanzar los productos a facturar, se le quedaba el brazo tieso, así es que lo reemplazó por uno más largo y de madera. El primer día que ví aparecer esa manito de madera entre la leche y el pan me dí un susto. Así como te cobraba iba controlandolo todo. A cierta hora de la mañana, iban llegando trabajadores a comprar su sandwich y se ponían directamente en la cola. Ella mientras te cobraba, se daba la vuelta y hacía un sandwich así cuando llegabas a la caja ya lo tenías hecho. Hablaba en inglés medianamente entendible pero cuando le pedías algo del depósito, apretaba el botón del interfono y con la voz más aguda jamás escuchada gritaba en algo que puede que alguna vez haya sido inglés. No importa cuánto me preparaba para sus estertores, siempre me dejaba en estado de shock.

Pele Taxi: su parada es frente a la Marina de Falmouth durante el día y por la noche la puerta del Mad Mangoose. La puerta o la barra. Si necesitás algo, no dudes, Pele Taxi. Es oscuro azabache, con una especie de boina. También se pasa sus ratos en la parada del Nelson´s Dockyard, jugando a ese juegos de canicas que no descubro su nombre, junto a los otros taxistas. Tienen una pizarra en la parada para ir anotando las partidas. Les pedí que me enseñaran a jugar y no quisieron. No pregunté más.

Mr Malone: el dueño de la casa que alquilamos. El administrados de la casa de Belmondo. Mas bueno imposible. Cada sábado iba a la iglesia de todos los santos y me decía que rezaba por nosotros desde el momento que nos conocimos. Cuando lo de las ratas me trajo un veneno letal, ilegal, que consiguió para que me quede tranquila y sin ratas. Cuando hubo un incendio se vino a casa a las 9 de la noche para tranquilizarme. Cuando no había agua, venía a ver que esté todo bien conectado. Colecciona gorras de superyachts y Saga le regaló dos. Se quedó tan contento! Cuando nos fuimos nos dio una carta de agradecimiento, de su puño y letra.

Yako: Va siempre con dos zapatos diferentes. Es un clásico de English Harbour. La primera vez que lo vimos fue en una pizzería. Saga estaba esperando la pizza para llevar a casa y mira para afuera y lo ve a Tomás pasando arriba de un burro! Yako va en burro a todos lados. Y los chicos y grandes (después del rhum punch) se montan en el burro a dar un paseo. Las dos piernas colgando de un mismo lado, el cubo de plástico con el machete dentro por si cruza algún árbol de mangos por el camino.


viernes, 12 de abril de 2013

Rayo Verde



Cuenta Julio Cortázar que de pequeño leía sobre el rayo verde en novelas y poesías. Que desde la azotea de su casa miraba las puestas del sol pero claro, es algo que se da en el mar. Pasaron sus años y cuando ya había perdido toda esperanza de verlo alguna vez, sucedió. Fue en la costa de Tramontana de Mallorca. Desde un mirador que conozco muy bien. Y sentí envidia. Cuántas veces habré mirado las puestas de sol en el mar, esperando, como él, esa magia.
Hoy el cielo a la hora del crepúsculo estaba cubierto, menos en el horizonte. Siempre es al revés, cielo claro y cuando el sol se pone se pone turbio por la sal evaporada y turbia se pone mi esperanza de ver algún rayo verde.
Pero hoy era al revés, cielo cubierto y una franja límpida sobre el horizonte. Yo no decía nada. Todos estábamos contemplando esos minutos mágicos, cámaras en mano. Y por dentro, no dejaba de repetir mi mantra: "Rayo Verde, Rayo Verde, Rayo Verde". Pensaba en todas las condiciones meteorológicas, en el ángulo de nuestra visión, en si sí, si no, capaz otro día.
Y contuve el aliento, dicen que no hay que ni pestañear. Me dolían los ojos como nunca. Así de claro estaba el cielo.
Se puso el sol. Y justo cuando estaba empezando a pensar que otra vez sería, lo ví.
Un "Fulgor" dice Cortázar. Cuando lo leí intenté imaginarlo, pintarlo en mi cabeza.
Hoy solo tengo que recordarlo. Ese microsegundo. Ese punto verde flotando en el horizonte. Ese fulgor.

miércoles, 10 de abril de 2013

Subidón de Ballena


Escuché el grito de Saga. Pensé en bajar a buscar la cámara de fotos pero sé que esos instantes duran segundos y entonces subí al flybridge.
Miré por babor y ahí esta ella, todo a lo ancho y a lo largo una hermosa ballena cachalote, resoplando al costado del barco. Primero vimos su cabeza y luego se fue arqueando en cámara lenta para dejarnos ver el lomo y por último, un guiño con su cola.
Momento mágico, cruzarse con un animal así, en el medio del océano. Pura magia.
La pasamos con nuestros 11 nudos de velocidad y ella se quedó ahí, continuando sus resoplidos que conté, eran cada 10 segundos. El chorro de agua enorme!
Gracias ballena. Por el espectáculo y por no haber decidido justo en ese momento rascarte la espalda contra nuestro casco!