Bueno, si tuviese que escribir un diario,
cosa que no hice ni en plena adolescencia, empezaría el día de hoy así:
Nos despertamos sobre las 9.30hs, claro
estamos en vacaciones, no? A bordo está la hija de una amiga que su marido
también es capitán de Yates y está trabajando y ella también trabaja y se quedó
sin canguro por lo que de sus dos hijas nos entregó en custodia una, por tiempo
no definido. Nuestros hijos felices de tener una amiga con quien jugar y se van
turnando para pelearse, ahora de a cuatro. Compartir enriquece. Compartir
enriquece. Compartir enriquece.
Desayunamos opíparamente, siguiendo nuestras
costumbres religiosas de comer hasta no dar mas y cuando estábamos terminando
vino un señor en una lancha a pedirnos que nos movamos, estamos fondeados cerca
del Arenal, en una cala llamada Cala Blava, pensando que en dos días me tenía
que tomar un avión pero ahora no sé… Este señor nos pidió que moviéramos el
barco lejos de unas boyas que han puesto, según el Gobierno Balear han puesto
las boyas para preservar la poseidonea, un alga. Yo no creo mucho en los Reyes
Magos y me gustaría saber si no hay algún chanchuyo económico por detrás. Con
el ancla sí se rompen las algas pero estas proliferan desmedidamente. Los peces
no y a los grandes pesqueros no les prohíben nada. De nada. Pero bueno. Nos
movimos y todo hay que decirlo, el señor fue muy pero que muy amable. Es como
que me da la sensación de que hasta les da vergüenza, esa misma sensación me
dio el año pasado en Mahon, Menorca cuando nos vinieron a echar, o pedirnos
amablemente que nos fuéramos a tomar viento mas lejos.
Movimos, con mucho cuidado de no tocar ningún alga y nos
fuimos a la playa. Ya eran las 12.30. Nos fuimos con el mate, las redes de
pesca de los chicos, la tabla de barrenar, el cubo, las toallas, en fin, la
mudanza diaria. Los chicos siempre vuelan a las rocas. Se la pasan entre las
rocas, buscan peces, escalan. Tomás busca palos y le va diciendo a la gente que
es Spiderman y vuelve contento diciéndome que le piden autógrafos.
Al mediodía nuestro, o sea, 4 de la tarde
comimos a bordo.
Ahora los chicos juegan entre ellos, Saga lee
y yo espero que mi mamá se conecte a Skype, ahí está, chau!
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