Cumplimos un año a bordo.
Por momentos el tiempo pasó muy rápido y en otros los minutos eran
larguísimos debido a la cantidad de cosas que pasaron.
En éste año hemos aprendido muchísimo. En un balance general tengo que
decir que las expectativas están cumplidas por demás.
Cuando comenzamos a navegar sabíamos algunas cosas que queríamos vivir
pero estábamos muy abiertos. Y éste año nos ha regalado un montón de sorpresas.
La cabeza nos ha cambiado mucho. Como dije en mi post de la panadera,
si volvemos a una vida en tierra estará todo bien y en parte porque nos
llevaremos todo lo aprendido a bordo. Y por eso de que el saber no ocupa lugar
y que en los barcos hay poco lugar, en vez de recolectar cosas hemos
recolectado conocimiento!
Hemos aprendido algo muy importante para nosotros, hemos vivido hace
un año y medio sin trabajar, sin ganar dinero en forma constante, viviendo sin
saber cuánto tiempo nos alcanzarían los ahorros. Y eso era algo muy importante
para nosotros, saber que se puede vivir sin depender del dinero de forma
directa. Saber consumir menos, gastar menos y sobre todo necesitar menos. Saber relajarnos y disfrutar sin saber
cuánto duraría.
Y también aprendimos a dejar atrás nuestro ego. Cuando dejamos nuestra
casa, nuestros coches, nuestros muebles, nuestras cosas, nos quedó una
sensación de libertad enorme. Con el tiempo, a veces pensábamos en las cosas
que habíamos dejado pero nos dimos cuenta que es solo parte del ego, de saber qué Linda casa tienes, qué
lindos objetos te rodean, etc. Y con esto no digo que no sea válido, nosotros
nos compramos el barco más lindo que encontramos y lo queremos poner más lindo
cada día. Es solo la sensación de que lo que uno extraña no es por
imprescindible sino por apego.
El LOG del barco marca 9500 millas náuticas, que no es poco. Son
millas hechas con amigos, familia. Qué más se puede pedir. Cuando zarpamos
pensamos que estaríamos mucho tiempo solos los 5 pero ha sido al revés. Hemos
compartido todo el tiempo esta experiencia con amigos que nos han ido viniendo
a visitar, a acompañar en travesías largas. Hemos hecho amigos nuevos. Y la
familia que nos ha ido siguiendo por todos los rincones. Y también los que nos
siguen por el blog han sido una sorpresa inesperada y muy grata. Poder
compartir nuestra experiencia con gente que no conocemos y nos alienta y llena
de energía.
En éste año la convivencia con los chicos también ha sido alucinante.
Verlos crecer minuto a minuto. Las caras de alegría cuando aprenden algo por
ellos mismos. Han aprendido a valerse por ellos mismos, resuelven sus cosas
solos, se procuran lo que necesitan, saben pedir cuando necesitan ayuda. Eso
para nosotros es una satisfacción enorme. Sabemos que es un regalo para toda la
vida…(además de la lactancia prolongada, je, je!). Aprendieron a jugar con
cualquier cosa, a entretenerse con los medios disponibles. A respetar las
playas y lo que ahí vive. Conocieron animales y hábitats muy diversos. Gentes
diferentes. Han compartido sus espacios con todos los que han pasado por el
barco. Han conocido familias muy distintas a nosotros y aún así disfrutarlas,
abrirse a conocer y disfrutar. A saber que no todos somos iguales ni pensamos
iguales pero que ellos son lo que son en cualquier lugar y circunstancia. Eso
para un chico es muy difícil de entender. También aprendieron a disfrutar el
camino, igual que nosotros. Cuando uno viaja comienza el viaje pensando cuándo
llegará y a bordo entendimos todos que se disfruta el viaje igual o más que el
destino. Disfrutamos el andar, el navegar. El camino.
Los tres hermanos son inseparables. Se cuidan, se quieren, se
respetan. Son compinches.
Cada uno de los chicos ha encontrado su lugar en el barco y sus tareas.
Inés es protectora por naturaleza. Ella cuida de todos. Martín es el ingeniero.
El aprieta botones, enchufa, sabe de aparatos tecnológicos más que nosotros. Y
es el encargado de la potabilizadora de agua y de llenar las botellas para
beber. Tomás es Don Cabo, juega con cabo que anda suelto y sabe de nudos.
Chicote de cabo suelto lo anuda. Claro, no siempre donde uno quiere por lo que
a veces tenés que desatar cada galleta!
Saga nos ha cuidado a bordo de nuestro barco como el mejor capitán que
es. Recuerdo cuando el último armador para el que trabajó me preguntaba sobre
Saga. Caminábamos por Cannes y me quería sacar información sobre la persona que
acababa de contratar. Yo solo le dije que acababa de contratar al mejor capitán
y que viviría cosas increíbles junto a él. Tres años después vino a decirme que
tenía absoluta razón. En las dos cosas que le había dicho. Y nosotros
disfrutamos éste año del mejor capitán y también vivimos cosas increíbles.
Gracias Capitán.
Y la cocinera – marinera también hizo lo suyo. En el barco se comió
siempre, bajo todas las condiciones de mar y viento. Y se comió rico. Y
aprendió a cocinar con diferentes materiales y de diferentes lugares. Y
aprendió a confiar en sus conocimientos náuticos y aprender mucho, mucho de
Saga.
Y queremos seguir navegando. Muchos años más.
Pero también nos dimos cuenta que tenemos un poco de “professional
pride” y queremos que el “Express Crusader” esté en óptimas condiciones y para
eso se necesitan una de dos: trabajar o ganarse la lotería. Vamos comprando
billetes de lotería y mientras también estamos buscando trabajo. Nos quedaremos
por el Mediterráneo una temporada más y pondremos al barco como lo queremos
tener antes de hacer singladuras mas largas.
No paramos, hacemos una escala larga.
Por un feliz segundo año! Gracias por compartir el primero un beso
ResponderEliminarHola, qué tal, te leo. Me alegro, che, te mando un abrazo desde bsas. Yo en tierra, pero ando buscando, intentando, practicando... no sé, me identifiqué, sobre todo con lo de prescindir más, animarse. Hallo hermoso lo que están haciendo, Aguante, Suerte... y Adelante!
ResponderEliminarQue bueno leer todo esto!!!...que felicidad, espero poder pasarme a visitaros pronto!!! un abrazo enorme!
ResponderEliminarQue bueno leer todo esto!!!...que felicidad, espero poder pasarme a visitaros pronto!!! un abrazo enorme!
ResponderEliminarQue bueno leer todo esto!!!...que felicidad, espero poder pasarme a visitaros pronto!!! un abrazo enorme!
ResponderEliminarQue lindo, los felicito esperando que en el segundo año vengan hasta Brasil. Tengo un hijo de seis años que es un enamorado del mar y acompañó virtualmente el Express Crusader y sus aventuras. Que lindo aprendizaje!
ResponderEliminarHay gente, cuánta felicidad! Gracias! Y por muchos años mas!!
ResponderEliminarY Brasil está en nuestra ruta seguro.
Felicitaciones! me encanta seguirlos.
ResponderEliminarVan por más no?
Saludos desde la Chicago Argentina!
Guillepé
Avisen cuando lleguen en Bahia! Suerte a todos!
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