O todo lo que reluce no es oro. Digamos que llevo una semanita complicada.
Tuve que mover el barco no una vez sino dos.Me vinieron a avisar que justo donde estabamos fondeados había una regatta. Así que busqué un par de amigos y me ayudaron am overlo a otro lado. Al día siguiente estoy adentro con el generador prendido y siento una especie de alarma, me quedo escuchando pero no la reconocía, salí disparada a ver si salía agua del escape para que no se recaliente el generador y me encuentro que no era una alarma sino la sirena de la policía, tenía un barco pegado todo negro con gente vestida de negra y de color negro todos mirandome serios. Qué susto! Me podrían haber llamado por el nombre del barco que es como generalmente se hace pero esta gente no conoce modales. Me dijeron que estaba demasiado cerca del aeropuerto y que me tenía que mover así que otra vez a la búsqueda de algún alma samaritana que me ayude.
Finalmente movimos y acá estamos, ahora no me muevo ni con la orden del juez.
Y esta mañana, ahora que el fondeo está bien, que estoy convencida que el ancla no va a garrear (soplan rachas de 28 nudos) se rompió el baño. El dinosaurio podría mear un poco para otro lado.
La Tripulacion
Saga y Cecilia se conocieron en Rosario, Argentina. Saga recién llegaba de dar la vuelta al mundo en un barco de 43’ y con su espíritu aventurero cautivo a Cecilia. Juntos decidieron partir al Mediterráneo para trabajar a bordo de veleros y así hacer de su pasión su trabajo.
En el 2004 llego Inés, en el 2005 Martín y en el 2008 Tomas.
Y en el 2010 llego el Express Crusader. Nuestro sexto integrante de la familia, dispuesto a llevarnos a recorrer el mundo, descubrir cosas en familia y sobre todo descubrirnos nosotros. Y como toda singladura, abiertos a disfrutar lo que toque.
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