Nos fuimos las chicas de paseo por Nelson Dockyard, Antigua.
Nos subimos al dinghie previo maquillaje y buena dosis de perfumes, las tres.
Dejamos el dinghie en Nelson Dockyard y salimos a caminar. EL fuerte está completamente restaurado. Parece que estuviera en U.K., todo pintado, parquizado, una monada y tan poco caribeño aunque a estas alturas ya no sé si hay algo que se pueda llamar caribeño aparte del rhum punch.
Hicimos cosas que no hago nunca por falta de paciencia masculina. Entramos en cada tienda de souvenirs y ropa y miramos todo lo que había, cosa por cosa. Sin prisas.
Después nos fuimos a tomar algo al edifico que era un almacén para guardar velas para reparar y ahora reconvertido en hotel y confitería. Divino. Elegimos una mesa en la terraza de afuera con vistas al muelle pero vino la camarera a decirnos que esas eran mesas que estaban para el almuerzo. Que no podíamos sentarnos ahí. Eran las 11 de la mañana… Además de sus costumbres de los ingleses también heredaron su tozudez.
Al final nos sentamos adentro, Inés feliz porque adentro había un sofá enorme y según Inés re suavecito. Me encanta salir con los chicos y que se deslumbren por cosas tan inesperadas. Inés alucinó con los arreglos florales que verdaderamente eran un espectáculo. Mi suegra y yo disfrutábamos de lo que disfrutaba Inés.
No hay dudas, no nació para plebeya.
La Tripulacion
Saga y Cecilia se conocieron en Rosario, Argentina. Saga recién llegaba de dar la vuelta al mundo en un barco de 43’ y con su espíritu aventurero cautivo a Cecilia. Juntos decidieron partir al Mediterráneo para trabajar a bordo de veleros y así hacer de su pasión su trabajo.
En el 2004 llego Inés, en el 2005 Martín y en el 2008 Tomas.
Y en el 2010 llego el Express Crusader. Nuestro sexto integrante de la familia, dispuesto a llevarnos a recorrer el mundo, descubrir cosas en familia y sobre todo descubrirnos nosotros. Y como toda singladura, abiertos a disfrutar lo que toque.
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